Solo necesito correr
Capítulo Único
Solo necesito correr, llegar al lugar en el cual necesito actuar y luego poder descansar en paz, es lo único que pido, en la vida dejé muchas cosas pendientes, muchas como para dejar las cosas así como así pero ahora solo tengo una cosa en mente, solo una, la cual puede solucionar todas las demás.
¿Qué es lo que me lo impide? ¿la distancia? son solo 800 metros, ¡solo eso! pero mi edad ya no me permite mover, estas patas que me apoyaron durante mi vida me sirvieron de muchas cosas, esos trotes en la tarde, esas caminatas junto a esa compañía por la cual ahora estoy luchando, dichas patas que movieron muchas tierras antes de llegar al lugar en el cual estoy postrado ahora.
Pero ¿sólo eso es lo que me impide avanzar? recuerdo el momento en que me quedé en este lugar, todo por culpa de uno de los vecinos de esta zona el cual se veía caminar tambaleante junto a su nariz roja y sus gritos incoherentes, ni yo recuerdo que paso después del momento en el cual fui a ver que es lo que le pasaba luego de ver que había caído al borde de una calle, recuerdo que tenía una herida en su cabeza la cual busqué como limpiarla y luego ¡Paf! desperté al otro día en este estado.
Tengo hambre, creo que es otra cosa que me impide lograr mi objetivo, pero ya había pasado hambre muchas veces viviendo en estos lugares, no es una historia nueva.
Cada vez tengo menos ánimo, cada hora que pasa me quita las ganas de pensar, pero lo que me mantiene aquí es la solución a lo que dejé pendiente, mi pregunta es ¿Porqué me pasa esto a mi si mi disposición siempre fue buena? ni puedo saber en que estado me encuentro.
De pronto veo a lo lejos a ese resplandor, sí, justamente el resplandor por el cual quiero moverme de este lugar, acercándose a mi, ¿me habrá visto? ¡quiero moverme ahora! mis patas se empezaron a mover, en ese entonces descubrí que mis patas nunca estuvieron mal, solo era que no las sentía, ¿Qué tan mal estoy? bueno, ahora no importa, lentamente me comienzo a mover, sin saber lo que iba dejando atrás, hacia ese resplandor, resplandor que la llevaba a ella, justamente ella, la que aparece en mis sueños, la que me acompañaba en los atardeceres, la que se reía de mis chistes, ella, que por una razón de inseguridad me alejé solo, la peor decisión que pude tomar, y lo único que le quiero decir es que fui un tonto al tomar esa decisión.
Pero...
Luego de tres pasos...
Ya no pude...
seguir...
Cristian Fuentes
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